Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, ha comunicado que la Unión Europea ha decidido suspender temporalmente sus medidas de represalia contra Estados Unidos. Esta decisión se produce poco después de que Donald Trump anunciara una pausa de 90 días en los nuevos aranceles “recíprocos” que acababa de implementar.
Las recientes decisiones unen otro capítulo a la prolongada guerra comercial, cuya imprevisibilidad sigue generando impacto. Esta situación afecta tanto a los mercados financieros como a diversas industrias, que examinan con cuidado cada movimiento dentro de un panorama global cada vez más incierto.


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Manteniendo una posición firme. Von der Leyen ha subrayado que la suspensión no es una renuncia. Bruselas ha puesto en pausa las contramedidas durante 90 días, pero continúa con los preparativos necesarios para aplicarlas si las negociaciones con la Casa Blanca no prosperan. “Todas las opciones siguen sobre la mesa”, ha enfatizado.
Contramedidas europeas aprobadas. Un día antes, el bloque europeo había dado el visto bueno a sus propios aranceles en respuesta directa a las acciones de Washington. La propuesta recibió un fuerte respaldo de los Estados miembros, que argumentaron que los aranceles estadounidenses eran “injustificados y perjudiciales” para ambas economías.
El plan incluía aplicar gravámenes del 10% y 25% a productos de consumo, como electrodomésticos, motocicletas, embarcaciones de recreo e incluso naipes, además de alimentos como embutidos, aves de corral y otros productos agrícolas. También se considerarían artículos de cuidado personal, como el hilo dental.
No todos los aranceles están en pausa. La pausa acordada por Trump solo afecta a los aranceles llamados recíprocos, fijados en un 20% para la situación europea. No obstante, otras medidas se mantienen: un 25% a las importaciones de acero y aluminio de la UE, y el mismo porcentaje para los coches europeos.
Aunque haya una pausa, la UE no está fuera del alcance de Washington: sus exportaciones enfrentarán un arancel base del 10%, una tasa mínima que se aplica a todos los países afectados por los aranceles recíprocos ahora en suspensión y que permanecerá vigente durante 90 días, salvo alguna modificación de la administración Trump.

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