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La anciana que desafió al club de golf más exclusivo de EE.UU. por su hogar

Los astrofísicos se hacen dos grandes preguntas. Ahora sospechan que la energía oscura tiene las respuestas

En Augusta, Georgia, donde el precio medio de una vivienda es de aproximadamente 125,000 dólares, las proposiciones del Augusta National Golf Club, conocido por ser el club de golf más prestigioso de Estados Unidos, han sido notablemente generosas para propietarios y vecinos cercanos. Conocido por ser la sede del torneo Masters, este ilustre club ha destinado al menos 200 millones de dólares a la adquisición de más de 100 propiedades, que van desde casas modestas hasta negocios locales, llegando a ofrecer valores que quintuplican el valor fiscal de dichos inmuebles.

Sin embargo, queda una casa que desafía el ambicioso plan de renovación.

Valor estético y monetario. Según reveló el Wall Street Journal recientemente, durante los últimos 20 años, el Augusta National ha llevado a cabo una de las campañas de adquisición de tierras más ambiciosas y discretas en la historia del deporte estadounidense. Su objetivo no solo era ganar espacio físico, sino también transformar el entorno del club en una extensión de su estética elegante y exclusiva.

La imagen de un visitante recorriendo un vecindario repleto de casas en alquiler, vendedores ambulantes y kioscos de cigarrillos, en su camino hacia los campos de golf de césped impecable, no armonizaba con la narrativa del “santuario del golf”. Por esa razón, el club comenzó a adquirir y demoler casas, convirtiendo barrios enteros en estacionamientos y áreas verdes, alterando incluso los límites viales y eliminando cualquier rastro de la vida local bulliciosa que en su momento rodeó al Masters.

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Cheques en blanco. Como se mencionó al principio, el club no ha escatimado esfuerzos en hacerse con el vecindario. El WSJ destacó casos como el de la iglesia presbiteriana Lakemont, vendida por 1.65 millones de dólares, o el de Madeleine Liles, quien recibió 1.1 millones de dólares por la casa construida por su padre en 1953.

Estos ejemplos ilustran un patrón claro: Augusta National no negocia, simplemente paga. Rápido y en efectivo, sin vacilaciones. Esta estrategia ha generado una riqueza inesperada para muchos residentes, ha fortalecido las finanzas fiscales locales, y ha mitigado gran parte de la resistencia comunitaria. Según el diario, la frase “sabes que tienen el dinero” se ha convertido en un lema entre los vendedores y agentes inmobiliarios locales.

No obstante, una casa sigue resistiendo al “encanto” del verde.

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La entrada del club

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